Encuentro en silencio...

Como casi todas las mañanas esperó en el mismo lugar.

El tiempo pasaba y los pensamientos extraviaban.
Algo andaba mal, lo sabía...

La mezcla de impotencia, silencio y un presentimiento que recorría frío su cuerpo, arrancaba gruesas lágrimas de sus ojos y fluían sin fin.

Caminaba de un lado a otro y su corazón ya padecía de un dolor profundo, casi tácito, casi palpable, evidente, casi mortal...

Un grito retumbó en su garganta, su pecho se contrajo de angustia, el rostro se tiñó de blanco, la brisa espesa le robó el aire, cayó al suelo y se precipitó...

...Dos esquinas al este yacía también en el suelo el cuerpo de su amor, con quien se encontraba todas las mañanas y emprendía -siempre feliz- un viaje de ida.

Mientras tanto en la televisión:
"...Dos cuerpos han sido hallados sin vida en las cercanías de la calle "El Encuentro", según fuentes oficiales ambas víctimas se conocían y al parecer se dirigían al mismo lugar..."

Fugitivas en la vía...

"Fugitivas en la vía"... así anduvimos desde el amanecer... nos dimos al viento y fluímos con él, nos convertimos en los personajes de los escenarios que encontramos... Fugitivas porque escapamos por un rato y nos entregamos al tiempo, a la brisa, al calor, a la risa...

"Mi grito en voz baja" y "Soy verbo" -como formas de expresión- unieron alegría y poesía, arte y creación, colores, rima y amistad para producir una colección de fotos que queremos compartir con nuestras y nuestros seguidores.
Esperamos que las disfruten mucho.

Con cariño: Natalia Astuácas y Catalina Fonseca.

Ver fotos aquí.

9 de mañana un 9 de marzo

Otra tarde más en mi rincón del café... pero esta vez... esta vez fue diferente...

Abrí sus puertas -al compás de la campanita de entrada- y me dirigí a mi rincón cálido y oscuro con el "meneo del súpermercado"... mis tacones golpeando el piso, empoderada, regia y resuelta... coqueta, definida, tambaleando mi bolso y... mis caderas...

Aquel personaje de la mirada cómplice se sorprendió y le dio seguimiento a mi prepotente andar... Sonriente casi mimada pedí: "un cafecito para mí"... ... ...

En la mesa de siempre esperé, ya sin libros, ya sin papeles, ya sin pensamientos o sentimientos que ordenar... era yo en medio de una maraña de vaguedades, carcajadas, alegrías, ilusiones...

- Uuunnn caaféeee paaara míiii... uuun caaféeee para míiiii
- tarareaba en mi embriaguez de alegría, mientras esperaba...
Dispersa, sonriente, quieta, despreocupada... solo esperaba... esperaba...
Nueve minutos, trece, quince... ... ... veinte...

Me acerqué hasta encontrarme con su mirada...
- Hace veinte minutos pedí "un café para mí"... dije pausando la voz...
- Cierro a las 7 de la noche - ... ... ... ... ... ... ... ...

Un escalofrío bajó a mi vientre, un sonrojo cautivó mi rostro, la sorpresa de su respuesta secó mi garganta... ... ... las luces desvanecieron, sillas sobre las mesas, "un café para mí" ya escrito en el menú y mi cuerpo trémulo de tanta espera... ... ...

... ... ... ... ... ... ... ... ...

Mi despertar empezó a las 9 de mañana un 9 de marzo, con un aroma delicioso, un beso y el sabor del mejor café que probé...
............................................................................"un café para mí"...

Efecto sedante

Ayer volví a mi lugar... allá me esperaba mi rincón cálido, el tiempo inerte y el "café adornado" en el menú... una mesa para ordenar mis ideas, el olor a madera y un sillón en la oscuridad para sentirme cualquiera...

Mientras entraba busqué la mirada cómplice de mis inventos y esta vez solicité:
- Un café con sedante... por favor...

- Un café con sedante - repitió ya sin juzgar, sin preguntar y sin perder su magnífica sonrisa.

- Sí... un café... con sedante... - dije entre susurros y abriendo mis ojos para reprimir las lágrimas...

Me acomodé en mi rincón y como otras veces llené la mesa de dibujos, papeles y libros, escribí con la pluma de los sentimientos, y borré mis errores con los pensamientos, intercambié palabras por reflexiones y lágrimas por...

- Tu café está listo - me sorprendió su voz cuando llegó a la mesa.

- Genial... gracias... - y sin pensarlo le pegué un gran sorbo... esperé sonriente el efecto del sedante...

(silencio)

... y esperé... y esperé... y esperé... (silencio)... y al darme cuenta que nada pasaba las lágrimas desbordaron encima del papel y haciendo híbrido con mi tristeza, frustración y miedo borraron todo cuanto había escrito...

...Ya el negocio había despachado a sus últimos clientes. Sillas sobre las mesas, cortinas cerradas, limpieza, y un nuevo café en la lista. La compañía frente a mí y en silencio.

- ¿Qué pasó con el sedante? - le pregunté casi sin voz y de frente mientras levantaba mi trágico rostro.

- (silencio)... su efecto es para el cuerpo mi niña... no para el corazón... - dijo certeramente.

Y me tendió un abrazo en el que me quedé dormida... por fin sedada.
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Mujer de aquí y allá...

Me siento muy orgullosa de ser mujer. Siempre lo he estado y hecho manifiesto, pero con el tiempo, ya adulta he valorado aún más mi género...

He aprendido a valorar a mi madre, a mis abuelas, a mis hermanas, a la vecina, a mi exjefa, a mis amigas, a la amiga de mi amiga y a mis compañeras… pero sobre todo me siento orgullosa de esas mujeres pioneras que alzaron su voz

Todas -mujeres de aquí y de allá-, llevamos siempre con nosotras una bandera. Bandera de fuerza, valentía, honor y coraje, astucia, atrevimiento, esfuerzo, ímpetu, arrojo, firmeza, carácter y actitud; sin dejar de lado la sutileza y la belleza de nuestra esencia.

Llevamos parte de esas mujeres pioneras que amaban y creían en su lucha, en lo que hacían y decían. Las que prestaron su voz… las que en muchos casos fueron agredidas y perseguidas, las que fueron asesinadas y murieron creyendo en su palabra, las que fueron encerradas, abusadas, castigadas, maltratadas, violadas, sancionadas, condenadas y acosadas por su condición de mujeres.

Mujeres valientes que con impedimentos absurdos nunca se dieron por vencidas. Mujeres más fuertes que un barrote y tercas como el sistema mismo.

Porque creo en ellas y me uno a sus ambiciones de un mundo más justo, igualitario, donde reine el respeto, los verdaderos derechos humanos, la paridad sin calificativos, sin represión, sin violencia, sin estereotipos y sin fobias; rindo homenaje a sus actos y a todas aquellas mujeres que en cualquier lugar del mundo hacen algo por murmurar su real importancia.

8 de marzo - Yo sí celebro el Día Internacional de la Mujer.

Mi tía Natalia...

- Hoy mi tía Natalia me habló de amor... -a mis tres años creo que está loca-...

- Me insistió limpiar el inodoro y lavarme bien las manos después que fui a orinar... insisto: creo que está loca...

- Baila y se contonea sola frente al espejo, me dice ¡te amo! cada 10 minutos... hace muecas, sonríe y no se sabe las canciones de las fábulas... ¡las inventa!... está loca...

- Hoy mi tía Natalia me habló de amor... pero... -no-se-que-es-eso-...
- ¡Sí sabés! ¡Yo te amo! - me dijo
- ¡Noooo! - respondí...
- ¡Sí, sí sabés! - repitió terrrrrcaaaa como es ella... y me apretujó en un solemne abrazo.
- ¡Que no, que no, que no, que no! - le seguí porque lo de terca es familiar...

- Hoy mi tía me habló de amor... pero... (silencio)... después de los juegos y bailes, risas y carcajadas la ví irse triste y se refugió en mi cama para llorar...

- Y entonces... que alguien me explique: ¿qué es el amor?...

(Recreación ficcticia, personaje: mi sobrino Felipe)...
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Petición... (a mi propia vida)

Vida mía a vos te hablo...
a vos te tengo una petición...

Cierra mis ojos y descúbrete...
abre en el viento un beso para mí.

Dame una sonrisa y alivia mi adentro...
recuérdame la magia de los minutos al nacer...

Desata mis nudos, libera mi alma, consígueme aliento, y así con los ojos vendados háblame hasta reír... hasta reír...

Dame un paso certero, necesito tu fuerza.
Fuerza que fluye de adentro.
Fuerza que en mis raíces encuentro.
Fuerza que me hará volar sin mayor sufrimiento.

Vida, mi propia vida... a vos me entrego.
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