Me acurruqué en aquel
rincón cálido, semi-oscuro y cómodo de la
cafetería… llevaba ideas, varios periódicos, un libro,
hojas y algún lapicero…
- ¡Un café adornado! por favor – le solicité a la encargada de salón -mientras
me quitaba el suéter, el trapo al cuello y ponía
mi vida sobre aquella mesa-…
(Silencio)
- ¿Uunn quée? – preguntó la joven devolviendo su paso…
- ¡Un café adornado! – repetí muy segura…
(Silencio)
- Mmm, no vendemos eso aquí – me dijo riendo…
(Silencio)…
- Yo lo preparo – dijo otra voz…
mientras a mí se me hacía el estómago pequeño sabiendo que aquello
era solo un invento mío, una ocurrencia…
Me consumí en
mis papeles más por vergüenza que interés, y
de vez en vez levantaba la mirada
para seguir el movimiento de sus manos y de
aquellos ojos que demandaban una explicación…
(Silencio, miradas,
aroma a café…)
Me despisté por algunos
minutos, me metí entre mis papeles y
de repente la sombra de su cuerpo
se plantó de frente y sin ningún
titubeo dijo sonriente
– ¡su café adornado!...- Excelente… un café adornado… gra… gracias… bien… ehh, bien…- atiné a decir, mientras su presencia me hacía
compañía y yo... me consumía en aquella
taza caliente tratando de encontrarle “
lo adornado”…
... ... ...Ahí
nos quedamos hasta ocho
horas después… no hice nada con los papeles, tomé tres café más,
un té y probé un nuevo pastel
a considerar…
reí a más no poder, cerré las cortinas, conocí
la cocina del lugar, ayudé con
parte del aseo y escribí en el menú:
Nuevo “café adornado”…- ¿Qué harás mañana? – me preguntó acercándose…
- … creo que inventaré el nombre de un nuevo café… susurré mientras apagaba las últimas luces y nuestros labios
se acercaban lentamente…
.