Violines, por no decir lágrimas...
¡Qué suenen!
Que invadan el aquí y el ahora,
que llenen con su melodía el silencio.
Que cada nota se lleve de mí el aire,
cada acorde mis memorias,
y el ritmo apresure las siguientes horas.
Fin.
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me gusta tu blog.
ResponderEliminar...Recomenzar a vivir...
ResponderEliminarEso se consigue.
Volver a soñar... mmmm... vamos a intentarlo.
Ojala fuera mas seguido tus post, me encanta, el violin suena hermoso, pero esas lagrimas de seguro son temporales, la sonrisa es infinita.
ResponderEliminarme gusta tu blog eres uno de mis elegidos en mi espacio si quieres pásate y llévate el distintivo...un saludo
ResponderEliminarQue el sonido de tus versos perdure por dentro.
ResponderEliminarBesos.
A veces la música es el mejor bálsamo para unas vivencias adversas.
ResponderEliminarQue tenga un final feliz la partitura.
Besos.
De donde soy el violín huele... Como un gas de la prisa.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLas vibraciones de las cuerdas del violín acarician o llenan de lágrimas el corazón. Así las siento.
ResponderEliminarQue suenen.