Dejo la tierra que emana agua.
Me llevaré parte del polvo de sus calles, su calor y color.
Como buena aprendiz, también llevaré la memoria de lo que ha sido.
Recorridos bajo el sol y los pies descalzos,
sensaciones de muerte, y vida plena,
emociones fuera y dentro de mi piel.
Y antes de partir, la alegría reposa en mi pecho,
late fuerte la gratitud por lo que me dejó.