Y ahora... ¡ándate!...

Tembló... la tierra se estremeció de pronto anoche y de un tirón me sentó a enfrentar aquella despedida...
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Un cúmulo surtido de palabras, emociones, días, recuerdos, sentimientos y pensares se sentaron conmigo también... y esperaron pacientes a mi lado, en silencio... y sin juzgar...

Un suspiro fuerte y profundo fue el primero en acompañarme, luego una sonrisa sincera frente al espejo que me hizo sentir rico en el alma, y de verme loca riendo en la soledad liberé una carcajada desde las entrañas...

Caminé de un lado a otro sin llegar más lejos que estas cuatro paredes y de nuevo me detuve frente al espejo a contemplar el desnudo de mi cuerpo y mi escencia... no hay como verse de frente y dibujar el contorno de quien realmente se es...

Peiné con mis dedos el mechón de pelo sobre mi rostro, me di vuelta despacio para verme el culo y me paré de puntillas quizá para presenciarme toda... la sonrisa coqueta volvió a aparecer... ¡estaba lista!

El recuerdo de la despedida y lo que significa para mí no podía dar marcha atrás... estaba ahí para empezar de nuevo... Este adiós es nostalgia, son lágrimas, son recuerdos... es el agradecimiento de los días, el aprendizaje de cada vivencia... las imágenes muchas que guarda mi mente, quizá el corazón, el alma y otras la razón...

Es el listado interminable de las puertas que abrieron y aquellas que cerraron de tiro, historias, besos, facturas pendientes, listado de las compras, cumpleaños que olvidé y aquellos que no, minutos interminables, trabajo, quebrantos de salud y dolor porque duele, 12 mestruaciones agradeciendo ser mujer, mis plantas que con amor siguen creciendo y visitas de muerte que solo dejó su olor...

Contador de kilos de más y la pérdida de ellos, miedo sin saber a qué y a tantas cosas.. noticias, experiencias vividas por primera vez y otras por las que preferiría no volver a pasar, mentiras, verdades, amor, dolor... ¡que hermosa es la vida! ... ... ... ... ... (suspiro)...

Y de pronto mi cuerpo se escurre en algún sitio del sillón, mi rostro entre mis manos... y rompo en llanto...

- Y ahora... ¡ándate!... por favor andate...

(Despedida al año 2008, al cual le agradezco con mi propia vida mantenerme en pie y permitirme estar en la constante búsqueda de aquello que me haga mejor ser humano, entender mejor el estar aquí, y buscar siempre la sonrisa, la magia y los colores de la vida...)
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Luego del después…

No pretendía ser todo en su vida,
en verdad
no lo pretendía…
quizá nunca sería el momento…
pero esperé en mis labios secos sus besos,
y sus caricias en mi piel sedienta…
esperé lo que no es mío…

Y luego del después entendí cual era mi lugar,
y yo seguía, yo caminaba, yo sonreía, yo respiraba,
pero el lamento me salía del alma…
cada latido de mi corazón fue suyo…

La inocencia jugó su papel…
y yo que no entiendo nada, tapé con vendas oscuras mi ojos…
dejé que la armadura cayera mientras hacíamos el amor…
y que aquella melodía de palabras me atara desnuda contra la pared para dejarme sentir y olvidarme de lo que fue…

Más que eso…
amé…
Y hoy duele...
nuevamente duele…
Mi voz se quiebra y su nombre se vuelve piedra…

Pero si alguna lección he aprendido,

es que a nadie se le obliga a dar lo que no puede, no quiere y no tiene…
quise ganarme, (no robarme) un pedacito de ese corazón,
pero su pecho está anclado a un mar incierto y profundo que no es el mío
y yo... me sumergí sin conocer su nivel de turbulencia…

Ahora saldré a tierra firme y no alimentaré más mis ilusiones,
las semillas de baobab se siembran en corazones fértiles... para luego del después
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Canción que me acompaña - incluso con el lamento...
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Ya no soy la que fui…

Hoy en la mañana tomé entre mis manos una taza con café y de a sorbitos disfruté la rara sensación de un elixir relajante… fue todo un rito, un pasar de minutos lentos donde desfilaban pedazos de tiempo y sonrisas que nacían de mis labios y para mi…

En aquella pasarela -sin extravagancias- de mis pensamientos me encontré dando vueltas, suelta y resuelta... descubriendo plácida que ya no soy la que fui

Ligero andar, pasos seguros, miradas sutiles, cierta irreverencia, brillo en la pupila dilatada de mis ojos y yo como única espectadora de mi deslizamiento… (suspiro): ¡como he cambiado!... y me sigo revelando y me disfruto y me complazco y me agradezco ser quien soy…

Un sorbo más de café en mi boca con el que di rienda suelta a la alegría de vivir, al relajo de existir, al deseo de escribir y a permitirme la insolencia de buscar porqué reír…

Un último sorbo -volteando por completo la taza- y encuentro reflejada en el fondo una sonrisa cómplice que me repite en primer persona singular ¡como he cambiado!...

¡Ahhh! Que rico cafecito (yodito)… supo a tiempo sin estar añejo y tenía un aroma como a inspiración…
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