Hoy alquilo mi corazón...

Brisa hazme tu amante y no me dejes sola... déjame libre sí, pero no me dejes sola, quédate conmigo, hoy te alquilo mi corazón...

Cuélate en mi adentro, abriga mi pecho, abrázame fuerte, quiéreme, por favor mírame, observa mi alma, recorre cada uno de mis poros, siénteme... aquieta mi alma, mi pecho, susúrrame... fluyo con vos...

Quiero ser tu amante, llena ese espacio que en las noches queda vacío, por favor abrázame, abrázame cuando haya frío, acaricia mi rostro y limpia las líneas de sal que dejan mis lágrimas...

Acaricia mi cuerpo con tu sutil y cálido movimiento, muerde mis labios, roza mi piel, cúbreme... no celes a nadie, hoy estoy con vos... ¡calla y bésame!...

Refresca mi alma, recorre mis líneas, sonríe conmigo, hablemos...

Escucha mi latidos, la ilusión que siento al tenerte aquí, la emoción traducida en mi vientre al sentirte cerca...

Protégeme... no me dejes oír lo que no merezco, no me dejes hacer lo que no debo, no me dejes seguir sola... cuídame...

Sorpréndeme con detalles: regálame un canto de aves en mi ventana, un rayo de sol directo en mi rostro, una tarde de lluvia mientras duermo, una sonrisa amena, una deliciosa carcajada... un te quiero, regálame un hermoso te quiero...

Una vez más abrázame fuerte, mímame, infla mis pulmones de vos, acompáñame, hoy te alquilo mi corazón...

Una visita al médico, mi corazón late por dos...

No suelo ir al médico... prefiero hacer siempre esfuerzos para sentirme bien... sonreír, disfrutar cada cosa que haga, dormir bien, comer sabroso... ... ... pero ayer, después de creer necesitarlo y ayudarle un poco a mi agradecido cuerpo lo hice...

Más que por mis cervicales y articulaciones, quería verificar que mi corazón siguiera ahí... en su lugar, donde debe ir... verificar que mis lágrimas no hubieran salado las heridas internas y que el silencio y sus miedos no hubieran rasgado mi adentro...

El doctor de ojos rasgados, entre otras cosas me confirmó lo que ya sabía... mi corazón late por dos... (sonreí)... aún entre lágrimas sonreí... suspiré y sonreí...

Salí de la clínica. Cervicales contracturadas, líquido en el hombro, mi ya vieja “trocanteritis”... ultrasonido para sábado, Rayos X para el martes, terapia martes y jueves, un gel e inyecciones en mi espalda... ... ... ... aún así, mi pecho no encontró alivio...

Mi corazón late por dos... dos corazones en un solo cuerpo, mi cuerpo...
Corazón que late así apasionado, así intenso... he ahí la respuesta de ser quien soy...

Ayer fui al médico y el doctor de ojos rasgados, me confirmó lo que ya sabía... mi corazón late por dos...

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Monosílaba me siento...

Amanezco y abro los ojos en silencio, despierto a mi alma ausente... silencio... busco algo que nutra mi cuerpo, siempre en silencio, me busco, trato de encontrarme en este infame silencio.

Trato de encontrar mi paz, mi seguridad, mi alegría, mis sonrisas... pero solo trato... la música que me acompaña ya es parte del silencio... silencio en mi adentro, preguntas sin respuestas, corriente de sentimientos...

Trato de buscarme en el silencio silente de mis gemidos, de mis movimientos inertes, de mis pensamientos vagos, de mis sonrisas que siempre guardo internas, de mi arte, de mis manos, de mis letras...

Me lleno de sueño, como quien quiere evitar la realidad, como quien quiere esquivar un acto... y duermo... me refugio en mis sábanas y cobijas y lágrimas y almohadas y sueños... y duermo...

Aún completamente dormida siento, sigo sintiendo, sigo viviendo... respiro aún dormida, respiro profundo y el aire cala espeso entre mis pulmones.

La noche me empapa, me inunda de sentimientos, pensamientos, palabras y letras que escapan, que se cuelan de este pecho inquieto. El frío de madrugada me acompaña, mis letras quieren salir, pero la pluma pierde fuerza y monosílaba me siento...
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Amiga... Nuestras soledades...

Amiga... Hoy recorrimos calles juntas, en silencio, con el mismo ritmo en el paso, con el mismo dolor, cada una en su propio suspenso... con la mirada en el suelo húmedo de la lluvia y de nuestras propias lágrimas...

De pronto silencio, de pronto desahogos, de pronto suspiros, de pronto palabras que salían escuetas por parte de alguna de las dos... de pronto nos reíamos de vernos la una a la otra... de pronto nuestras soledades...

Amiga... amiga... compartiste conmigo palabras sabias que se escurren de tus labios para gritar en voz baja a esa persona que decidiste querer... y que por sus injustos miedos no supo valorarte, acompañarte, responder...

¿Qué es el silencio? - Le preguntaste...
¿Un grito o un susurro?
¿Un golpe o una caricia?
¿Un no me importas... o un necesito tiempo?
¿Un no puedo... o un no quiero?
¿Qué es el silencio?...

Amiga... ¡nuestras soledades!. Seguimos caminado al compás de nuestros corazones que así limpios, sinceros, enteros, apasionados e intensos encontrarán su rincón de manifiesto.
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No se donde dejarte mientras vivo...

Me detengo por lapsos a pensar… observar… buscar… buscarte…
me detengo sin dejar de andar… no puedo…
Tiendo a sentarme cuando el paso se hace pesado, pero sólo me tomo unos minutos, la vida es hermosa y tengo que seguir…

No se donde dejarte mientras vivo, mientras sigo este caminar…
la realidad me arrebata ilusiones en medio de despertares ansiosos…
mi sonrisa asoma inerte, sobrevienen tus caricias en mi cálida soledad.

No se donde dejarte mientras vivo. Mi música interna de detiene. El aire deja de fluir. Se espesa la brisa. El cielo revienta y desahoga su llanto, mi alma está al descubierto como desnudo mi cuerpo, un sentimiento crío que fluye para vos…

No se donde dejarte mientras vivo, mientras sonrío en medio de este batallón, mientras adorno mi rostro con lágrimas y las palabras afloran y las letras que logran salir de este aprietado pecho.

No se donde dejarte mientras vivo... no se como olvidarme de lo que siento para poder seguir viviendo, no se como detener la alegría que se amalgama con la tristeza o como detener las lágrimas que hacen híbrido con mis sonrisas…

No se donde dejarte mientras vivo... no se como si ya sos parte de mi vida… ya sos mi vida…
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Ochenta y seis sonrisas

(Despedida al mes ocho).
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Agosto se fue y con él envejecí... más bien diré: ¡crecí!. Un año más no es nada pero es mucho... aprendí mil lecciones, ciento diez enseñanzas, entendí cincuenta y siete puntos de vista y convertí cuarenta y tres lágrimas en ochenta y seis sonrisas...

En agosto fluyó la brisa y brotó en mi pecho una flor, ahora crece y germina... ¿hasta dónde llegará? -me pregunto una y mil veces-... me ilusiono pensando como “principita” que será un baobab...

Agosto nueve, dieciséis, veintitrés, agosto treinta... agosto terminó pero agosto sigue en mí... finalmente un agosto feliz.

Los agostos cambian, es un juego de eventualidades, los albures siempre asoman, pero agosto dejó trazo... como los colores y texturas en su lienzo, agosto dejó trazo...

Agosto fue mi obra de arte... un collage de emociones, vivencias, experiencias, ciertamente una creación inusitada de pedazos de mi.

Despedí agosto, lo dejé ir en bus clase ejecutiva, ¡para el avión no alcanzó!... aunque no lo hubiera dejado irse por las nubes, el aterrizaje a veces puede ser forzoso.

¡Agosto te vas!, te fuiste ya... ¿acaso no pudiste detener un minuto de las horas?... ¿acaso celaste mi felicidad?... (me sonrío) ¡eso fue!... celaste de mi, de mis sonrisas y mi alegría con su piel...

Un nuevo mes asoma... será un mes maravilloso, un mes y un día después del veintiocho de agosto será veintinueve de septiembre... de alguna forma celebraré...

Te despido mes ocho... te dejo ir...
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